DIOS MIO, EN TI CONFIO

DIOS MIO, EN TI CONFIO

“Dios mío, en ti confío; No sea yo avergonzado, No se alegren de mí mis enemigos.” Salmo 25:2

El salmista continúa declarando su absoluta confianza en Dios. El Historiador anglicano Thomas Fuller dijo de este Salmo “En el Salmo veinticinco (David) está de rodillas y levanta su voz a Dios, y sobre estos dos goznes gira todo el Salmo; por una parte, ruega de todo corazón a Dios suplicando misericordia; por otra, humildemente lamenta su propia miseria”

Aprender a confiar en Dios debe ser uno de nuestros mayores anhelos. Creo que ninguno de nosotros confiaría en alguien a quien no conoce ¿cierto?, bueno, sin lugar a duda ahí está radicado el secreto de aprender a confiar en Dios. Jesús mismo lo dijo “Esta empero es la vida eterna: que te conozcan el solo Dios verdadero, y á Jesucristo, al cual has enviado” (Juan 17:3). Cuando conocemos realmente a Dios y a Cristo es cuando disfrutamos del gozo de la vida eterna, un gozo que no se acaba, pues nos lleva a comprender que todo lo que vivimos en este mundo es temporal, porque nuestra morada está segura con Dios en la eternidad.

En la actualidad encontrar alguien en quien depositar nuestra confianza y que no nos decepcione, es similar a “encontrar una aguja en un pajar”. ¿Cuántas veces hemos sido decepcionados por personas que hemos creído confiables?, claramente muchas, de hecho, pareciera que se nos hace más fácil confiar en los hombres (o mujeres) que en el soberano Dios. Pues, depositamos una y otra vez nuestra confianza en personas que nos traicionan y nos descorazonan. Probablemente cuando David realiza esta oración estaba pasando o había pasado por un gran fracaso, pues ruega “no se alegren de mí mis enemigos”. Precisamente, en ocasiones cuando nos sentimos derrotados, frustrados y avergonzados por lo que estamos viviendo, probablemente es cuando más vulnerables somos a volver a confiar en las personas. Cuando nuestra alma está atribulada y no podemos levantar nuestro corazón al Señor para ir en busca de ayuda y lograr calmar nuestra angustia o aflicción, es cuando debemos reflexionar en que el único digno de confianza es nuestro Señor y Dios, Él nunca miente, nunca falla y siempre cumple Sus promesas. “Dios no es hombre, para que mienta; Ni hijo de hombre para que se arrepienta: El dijo, ¿y no hará?; Habló, ¿y no lo ejecutará?” Números 23:19

Cuando quieres hacer un nuevo amigo(a), debes dedicar tiempo para conocerle, de la misma forma, si realmente deseas decir con la misma convicción de David “DIOS MIO, EN TI CONFIO” debes comenzar a conocer a Dios por medio de Su Palabra, hacer tuyas Sus promesas, buscarle en oración, pasar tiempo a solas con Él, pues de esta forma dejará de ser un extraño para ti. Conocer a Dios es confiar en Él.

¡Porque Él Vive!

(Feed generated with FetchRSS)

Desplazamiento al inicio