ENSÉÑAME EL CAMINO DE TU VERDAD
“Encamíname en tu verdad, y enséñame; porque tú eres el Dios de mi salud: En ti he esperado todo el día.” Salmo 25:5
Un verdadero cristiano, siempre rogará a Dios por aquellas cosas que agradan a Dios y, sabemos por las Palabras de Cristo, que todo aquello que pidiéramos en Su Nombre Él lo dará. Quien pide a Dios que lo lleve por el camino de Su verdad es seguro que Dios lo hará. Este es el ruego de alguien que está dispuesto a dejar su propio camino, para ahora caminar por el camino de la verdad de Dios, quien ora así, está rogando por caminar por el camino de la santificación.
“Encamíname en tu verdad, y enséñame”, esta petición de un corazón dispuesto es muy similar a la oración sacerdotal expresada por Cristo en Juan 17:17 “Santifícalos en tu verdad: tu palabra es verdad”; aquí tenemos la respuesta a este ruego. ¿Cómo puedes ser encaminado y enseñado en la verdad? Por medio de La Palabra de Dios. La aplicación más importante que encontramos en esto, es que también Cristo nos dice en Juan 14:6 “Yo soy en camino, y la verdad, y la vida: nadie viene al Padre, sino por mí”. Entonces, podemos decir que ser encaminado y enseñado en la verdad, es profundizar en el conocimiento de Cristo. Con toda seguridad, quien ruega a Dios por esto, está rogando por mayor comunión con Cristo, está rogando por caminar tras las pisadas de Cristo, está rogando por ser un fiel siervo del SEÑOR. Profundizar en el conocimiento del SEÑOR es una tarea de toda la vida, Cristo es una fuente inagotable, mientras vivamos aquí, nunca llegaremos a decir: “he completado mi tarea de conocer a Cristo, por fin lo conozco completamente”; la infinitud de la Gloria del SEÑOR será nuestro mayor deleite aquí y en la eternidad. Mientras vivamos sigamos rogando: “encamíname en tu verdad, y enséñame”. Sólo un corazón tierno, dócil y humilde pedirá a Dios que le enseñe. El responde ampliamente esta oración: con Su Palabra, con los predicadores, con aquellos que nos aconsejan de acuerdo a La Biblia, de tantas formas, que sólo un corazón humilde puede percibir cuando Dios le enseña. Ruego a Dios para que tengamos un corazón sensible a la voz del SEÑOR, cada vez que Él nos habla por estos distintos medios, especialmente cuando leemos Su Palabra.
“Porque Tú eres el Dios de mi salud: En Ti he esperado todo el día”, Dios es mi Salvador, esta maravillosa declaración es una convicción arraigada en el corazón del salmista y también debe ser una convicción en nuestras vidas. “Porque Tú eres el Dios de mi salvación, tendré mi esperanza en Ti todo el tiempo”. Esta es una declaración que nos identifica plenamente, hemos sido rescatados del pecado, Dios nos ha salvado de la muerte eterna; pero también nos ha librado de varias circunstancias peligrosas en esta vida. La salvación del SEÑOR es tan amplia que Su cuidado es en todas las áreas de nuestra vida. Nuestra esperanza en Él está fundada en Roca firme, porque nunca seremos confundidos mientras esperemos en Él.
¡A Dios la Gloria!
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