LA NECESIDAD DE UN SALVADOR
Mas Dios encarece su caridad para con nosotros, porque siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros Romanos 5:8
En los capítulos 1 al 8, el apóstol demuestra la culpabilidad del hombre ante Dios y de la necesidad de Un Salvador. Nos advierte de la manifiesta ira de Dios sobre el pecador la cual es exhibida en el abandono de Dios.
Romanos 1 es una descripción vívida de una sociedad sin Cristo, que es exactamente, la descripción de la sociedad en nuestros días. Como dijo alguien: “La Biblia está más actualizada que el diario de mañana”. Luego, Pablo demuestra que tanto Judíos como gentiles son inexcusables ante Dios, “pero Dios muestra Su amor para con nosotros, porque siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8). Al final del capítulo 5 se introduce el tema de la gracia de Dios, demostrando que la salvación es por gracia y no por obras. Para evitar mal entendidos a esta enseñanza, Pablo inicia el capítulo 6 con una pregunta muy incisiva: “Pues qué diremos, ¿perseveraremos en pecado para que la gracia crezca? La respuesta es enfática: “En ninguna manera”. Todavía existen algunos que creen, que, por ser el evangelio por gracia, pueden mantenerse pecando. Pablo aclara que desde el momento que creímos en Cristo, somos muertos al pecado, así es que ya no podemos vivir pecando. La evidencia de la salvación, es el cambio de vida. “Pero ahora, habiendo sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como resultado la vida eterna” (Romanos 6:22). El capítulo 7, nos aclara la lucha constante que tenemos. Aunque el verdadero creyente busca la santificación, tiene una lucha interior contra su naturaleza caída. El Espíritu Santo que mora en nosotros, nos hace sensibles a las cosas espirituales, y nos deleitamos en la ley de Dios, pero también somos conscientes que nuestra naturaleza pecaminosa nos induce a pecar. No somos totalmente libres del pecado y en nuestra mente se manifiesta el pecado. Exclamamos con Pablo: ¡Miserable hombre de mí! ¿Quién me librará del cuerpo de esta muerte? (Romanos 7:24). Cuanto más espiritual es un creyente, tendrá mayor consciencia de su pecaminosidad.
El capítulo 8, el cual es clasificado por muchos eruditos, como el más importante de los capítulos de la Biblia, es una magnifica declaración de Dios que llena de seguridad y confianza a los creyentes. En tiempos de prueba y angustias, quizás sea el texto más leído y amado por los cristianos sufrientes. Tenemos la seguridad inconmovible de la promesa de Dios en este capítulo (Romanos 8:28-29). La salvación es segurísima, porque fuimos predestinados por Dios, para ser conformados a la imagen de Cristo. Tenemos plena certeza, que llegaremos al cielo, porque Dios nos ha predestinados para ser glorificados a la misma semejanza de Cristo y seremos transformados a un cuerpo glorificado, porque es la promesa de Dios. Sin el amor de Cristo no hay salvación, Sin Cristo no hay perdón de pecados y sin Cristo estábamos muertos eternamente (Efesios 2:5).
¡A Dios la Gloria!
(Feed generated with FetchRSS)