MUESTRAME OH JEHOVÁ TUS CAMINOS
“Muéstrame, oh Jehová, tus caminos; Enséñame tus sendas.” Salmo 25:4
Una persona humilde estará constantemente frente a Dios repitiendo esta misma petición. En cambio, los orgullosos y soberbios creen que pueden forjar su propio camino y que no necesitan de la guía del SEÑOR en sus vidas. La Biblia para ellos no tiene sentido y es como cualquier libro. La persona que demuestra autojustificación o que vive su vida dándole más importancia a la vanidad de las cosas y que confía en lo que tiene, puede definirse como una persona orgullosa, todas estas manifestaciones son un obstáculo para buscar a Dios. Los orgullosos están llenos de sí mismos y sus pensamientos están lejos de Dios. “El malo, por la altivez de su rostro, no busca a Dios: No hay Dios en todos sus pensamientos” (Salmo 10:4).
Un verdadero creyente, estará constantemente examinando su vida, porque el pecado del orgullo puede atraparlo. Cada vez que nos damos crédito a nosotros mismos, por las cosas que Dios ha hecho, estamos pecando. Un verdadero cristiano, jamás querrá gloriarse a sí mismo, porque sabe que toda la gloria es para Dios, porque todo le pertenece al SEÑOR. “Lo que decimos de nosotros mismos, no significa nada en la obra de Dios. Es lo que Dios dice acerca de nosotros, lo que hace la diferencia” (gotquestions.org).
“Muéstrame, oh Jehová, tus caminos” esta es una petición de alguien que conoce y confía en Dios. Quien ore así, jamás será llevado por el camino del pecado, nunca tropezará para caer. El camino del SEÑOR es un camino angosto, pero que lleva a la vida eterna. Quien desea fervorosamente hacer la Voluntad de Dios, estará repitiendo estas palabras y Dios lo guiará por Su camino. Muéstrame, oh Jehová, tus caminos, es una súplica de alguien que quiere que Dios le haga conocer Sus caminos y que Dios lo instruya. Es obvio, que una oración como esta será respondida favorablemente por Dios. Orar así, es orar en la Voluntad del SEÑOR. “Y esta es la confianza que tenemos en Él, que si demandáremos alguna cosa conforme a su voluntad, Él nos oye. Y si sabemos que Él nos oye en cualquiera cosa que demandáremos, sabemos que tenemos las peticiones que le hubiéramos demandado” (1 Juan 5:14-15).
“Enséñame tus sendas” cuando pedimos a Dios que nos enseñe, le estamos reconociendo como Maestro. En la Biblia encontramos todas las enseñanzas del SEÑOR y, sin duda, allí encontraremos cuál es la senda por la que debemos transitar. Nuestro Señor Jesucristo, nos ha trazado la senda con Su propia vida y Él nos invita a seguirle. “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz y sígame (Mateo 16:24). La vida de Cristo es la mejor forma de aprender acerca de los caminos de Dios y sólo en La Biblia podemos encontrar esta preciosa enseñanza.
¡A Dios la Gloria!
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