NO SEAS INCRÉDULO, CREE SOLAMENTE
Luego dice á Tomás: Mete tu dedo aquí, y ve mis manos: y alarga acá tu mano, y métela en mi costado: y no seas incrédulo, sino fiel. Juan 20:27
En los versículos anteriores vemos que Jesús aparece nuevamente a Sus discípulos el domingo siguiente al de Su resurrección, esta vez comparte con ellos y les muestra las marcas de la crucifixión. Por los versículos siguientes, entendemos que Tomás no estaba con ellos cuando Jesús vino y la Biblia no nos indica la razón por la cual Él no estaba ahí. Maclaren, famoso teólogo británico comenta lo siguiente de este episodio “Tomás hizo la peor cosa que un hombre melancólico puede hacer, irse a un rincón solo a meditar melancólicamente, y así exagerar todas sus idiosincrasias, distorsionar la proporción de la verdad, y abrazar su desesperanza, separándose de sus compañeros. Por lo tanto, se perdió lo que ellos obtuvieron, ver al Señor.” Los discípulos recibieron la paz y la bendición de parte del Señor antes que Tomás, ellos experimentaron la tranquilidad y la verdadera paz ante el shock de ver morir a su maestro. Cristo estaba con ellos, Él venció la muerte, realmente era el Mesías prometido.
Tomás es conocido como “el incrédulo”, a razón de lo que nos declara La Escritura, Tomás no dudó, en realidad se negó a creer. Sus compañeros y conocidos ya se lo habían confirmado, pero Él obstinado y soberbio había puesto sus condiciones, no solo quería ver sino también tocar y no estaba dispuesto a creer si no se cumplían sus requisitos. Nuestro Señor demuestra gran misericordia y enfrenta a Tomás para que terminara con su incredulidad y volviera con los discípulos a cumplir la misión que Él les había dejado. A cambio, este discípulo nos deja una declaración más de la deidad de Jesucristo al decirle “Señor mío y Dios mío” (Juan 20:28).
Hay muchas personas dispuestas a creer en Dios si les entregamos todas las evidencias que ellos piden. Pablo hablando a los Romanos (1:18 al25) se refiere a este tipo de personas que exigen pruebas y que se dicen ser sabios, pero a la verdad son necios, fatuos e ignorantes. Jesús en cambio nos dice “bienaventurados los que no vieron y creyeron” (Juan 20:29) y el autor del libro de hebreos nos dice que “…sin fe es imposible agradar á Dios; porque es menester(necesario) que el que á Dios se allega, crea que le hay…” (11:6). Dios en Su infinito amor y misericordia nos ha dejado Su Palabra que podamos conocerle y dejar de lado nuestra ignorancia y soberbia buscando respuestas racionales para todo lo divino. Debemos comprender que nuestro deber es obedecer y recibir con gozo y agradecimiento lo que Dios ha decidido revelarnos en la Biblia, lo demás solo le pertenece a Él (Deuteronomio 29:29).
Estimado lector, tienes dos alternativas, creer en Cristo y recibir Su regalo que por gracia nos entrega vida eterna o definitivamente no creer y esperar las consecuencias nefastas de tu incredulidad. ¿Cuál es tu decisión?
¡Porque Él vive!
(Feed generated with FetchRSS)