VOLVIERON A SUS REDES
Díceles Simón: A pescar voy. Dícenle: Vamos nosotros también contigo. Fueron, y subieron en una barca; y aquella noche no cogieron nada. Juan 21:3
Los discípulos se fueron a Galilea tal como le fue dicho por el ángel, cuando Cristo resucitó: “Id presto, decid a sus discípulos que ha resucitado de los muertos: y he aquí va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis; he aquí os lo he dicho” (Mateo 28:7). Entonces, ellos se fueron de Jerusalem a Galilea, obedeciendo la voz del ángel. El versículo 1 de este capítulo se nos dice que Jesús se manifestó otra vez a sus discípulos en la mar de Tiberias, este es el mar de Galilea. Allí estaban juntos Simón Pedro, Tomás, Natanael, los hijos de Zebedeo, Jacobo y Juan, y otros dos que no se nombran. Estos 7 discípulos, por alguna razón que la Biblia no declara volvieron a la pesca. Simón les dice: “A pescar voy” y los demás le dijeron: “Nosotros iremos contigo”. No sabemos si es que ellos quisieron volver a su antiguo oficio y olvidarse de la predicación del evangelio o porque necesitaban algo de dinero para sustentarse por algún tiempo, por lo que haya sido: “ellos volvieron a la pesca” lo cual demuestra cierta incertidumbre de ellos, porque pasaron algunos días y Jesús no aparecía, y no estaban seguros qué hacer. La noche era el mejor tiempo para ir a la pesca, pero esa noche no pescaron nada. Volver a su antiguo oficio fue un verdadero fracaso.
Me imagino lo que debía haber pasado por sus mentes, si Jesús estuviera aquí todo sería tan diferente. Quizás Pedro les comentaría: “Una vez nos pasó algo parecido, estuvimos toda la noche y no pescamos nada, pero apareció el SEÑOR y me dijo que volviéramos a echar las redes; yo no le creí mucho, me acuerdo que le dije: “Maestro, habiendo trabajado toda la noche, nada hemos tomado; pero en tu palabra echaré la red”; pasó algo milagroso, las redes se llenaron de peces, incluso corrimos el riesgo de que la barca se anegara y nos hundiéramos”. En este relato que está en Lucas 5: 1-10, además, se nos dice que al ver este milagro “Pedro se derribó de rodillas a Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador. Porque temor le había rodeado, y a todos los que estaban con él” (Lucas 5:8-9) Se llenaron de temor, ellos tuvieron miedo ¿por qué tuvieron tanto miedo? Pedro dice la respuesta: “Aléjate de mí, no te acerques, porque soy un hombre pecador. Ningún ser humano puede quedar indiferente ante la misma presencia de la Gloria y Santidad de Cristo. Pero Cristo se acercó a ellos y les dice: “No temas: desde ahora pescarás hombres”.
En el capítulo 21 de Juan, la historia es similar. Ellos estaban como a 100 metros de la ribera, a lo lejos ven a un hombre, ellos no saben quién es. Este hombre les pregunta: “Mozos, ¿Tenéis algo de comer?, “Muchachos”, Jesús usa un término común para dirigirse a los hombres en el trabajo. Ellos respondieron decepcionados: NO. Jesús les dice que echen sus redes nuevamente a la mano derecha y pescaron tanto que no podían sacar las redes. Entonces, fue reconocido por Juan quien les dice: “Es el Señor”. ¡Lo reconoce como el Señor! La experiencia de la resurrección les hace comprender que Jesús es Dios, sobre todo el apóstol Juan, quien declara en su evangelio que “Jesús es Dios encarnado”.
¡A Dios la gloria!
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