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SERVID A JEHOVÁ CON ALEGRÍA

SERVID A JEHOVÁ CON ALEGRÍA

“Servid a Jehová con alegría: Venid ante su acatamiento con regocijo.” Salmo 100:2

Para aquellos que somos padres, nos es muy grato y agradable, cuando pedimos algo a nuestros hijos y ellos nos obedecen con alegría. Es realmente, un disfrute verlos obedeciendo con alegría. Pero, también nos ha tocado la ocasión, en que hemos visto que obedecen regañando, hacen lo que uno les pide; pero lo hacen a regañadientes. Este Salmo nos manda a servir al SEÑOR con alegría. En donde Él nos ponga a servir, debemos hacerlo con gozo y alegría.

“Servid a Jehová con alegría”, la Biblia nos enseña en todas partes que somos siervos del SEÑOR, y este servicio se relaciona con la actividad que realizaba un esclavo a su amo. En el Nuevo Testamento, la palabra usada para “siervo” es un esclavo que sirve a Jesucristo, sometiendo su voluntad, sus deseos y todo su ser al Señor, quien es nuestro “Amo”. En Romanos 6:18 se nos declara: “Y libertados del pecado, sois hechos siervos de la justicia”. Ahora somos “esclavos” de Cristo, para hacer aquello que es justo y correcto; somos “esclavos” del Señor Jesucristo para servirle con gozo. Nuestro amado Cristo, es el ejemplo máximo de servicio. La Biblia nos enseña, cómo fue Su servicio al Padre: “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús: el cual, siendo en forma de Dios, no tuvo por usurpación ser igual a Dios: Sin embargo, se anonadó a Sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y hallado en la condición como hombre, se humilló a Sí mismo, hecho obediente hasta la muerte, y muerte de cruz”. ¡Cristo es el mejor ejemplo de un servicio a Dios con alegría!

“Venid ante su acatamiento con regocijo”, además, se nos manda venir ante la presencia del SEÑOR con gozo. Cada vez que nos reunimos para adorar a Dios, lo debemos hacer con gozo. Nuestros cultos de adoración deben ser con regocijo, por las muchas misericordias de Dios derramadas abundantemente en nuestras vidas. Es por esto que cantamos juntos al SEÑOR, es por esto que alabamos Su Nombre en adoración. Cada vez que reunimos a servir y venimos a Su presencia debe estar presente el gozo en nuestros corazones.

Tenemos muchos motivos para adorar a Dios con alegría. Tenemos muchos motivos para servirle con gozo; no importando en qué área nos toque servir, debemos hacerlo con gozo. No sólo predicando ser sirve al SEÑOR, también cuando ayudamos a otros, cuando nos esforzamos en nuestros trabajos seculares, cuando nos esforzamos en nuestros estudios, etc., el mejor testimonio para el evangelio, sin palabras, es mostrar que servimos al SEÑOR con alegría. Cuando el mundo ve que disfrutamos obedeciendo La Biblia con alegría, es un poderoso testimonio que glorifica a Cristo y que nos identifica como verdaderos adoradores y siervos del SEÑOR.

¡A Dios la Gloria!

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SERVID A JEHOVÁ CON ALEGRÍA

SERVID A JEHOVÁ CON ALEGRÍA

“Servid a Jehová con alegría: Venid ante su acatamiento con regocijo.” Salmo 100:2

Para aquellos que somos padres, nos es muy grato y agradable, cuando pedimos algo a nuestros hijos y ellos nos obedecen con alegría. Es realmente, un disfrute verlos obedeciendo con alegría. Pero, también nos ha tocado la ocasión, en que hemos visto que obedecen regañando, hacen lo que uno les pide; pero lo hacen a regañadientes. Este Salmo nos manda a servir al SEÑOR con alegría. En donde Él nos ponga a servir, debemos hacerlo con gozo y alegría.

“Servid a Jehová con alegría”, la Biblia nos enseña en todas partes que somos siervos del SEÑOR, y este servicio se relaciona con la actividad que realizaba un esclavo a su amo. En el Nuevo Testamento, la palabra usada para “siervo” es un esclavo que sirve a Jesucristo, sometiendo su voluntad, sus deseos y todo su ser al Señor, quien es nuestro “Amo”. En Romanos 6:18 se nos declara: “Y libertados del pecado, sois hechos siervos de la justicia”. Ahora somos “esclavos” de Cristo, para hacer aquello que es justo y correcto; somos “esclavos” del Señor Jesucristo para servirle con gozo. Nuestro amado Cristo, es el ejemplo máximo de servicio. La Biblia nos enseña, cómo fue Su servicio al Padre: “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús: el cual, siendo en forma de Dios, no tuvo por usurpación ser igual a Dios: Sin embargo, se anonadó a Sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y hallado en la condición como hombre, se humilló a Sí mismo, hecho obediente hasta la muerte, y muerte de cruz”. ¡Cristo es el mejor ejemplo de un servicio a Dios con alegría!

“Venid ante su acatamiento con regocijo”, además, se nos manda venir ante la presencia del SEÑOR con gozo. Cada vez que nos reunimos para adorar a Dios, lo debemos hacer con gozo. Nuestros cultos de adoración deben ser con regocijo, por las muchas misericordias de Dios derramadas abundantemente en nuestras vidas. Es por esto que cantamos juntos al SEÑOR, es por esto que alabamos Su Nombre en adoración. Cada vez que reunimos a servir y venimos a Su presencia debe estar presente el gozo en nuestros corazones.

Tenemos muchos motivos para adorar a Dios con alegría. Tenemos muchos motivos para servirle con gozo; no importando en qué área nos toque servir, debemos hacerlo con gozo. No sólo predicando ser sirve al SEÑOR, también cuando ayudamos a otros, cuando nos esforzamos en nuestros trabajos seculares, cuando nos esforzamos en nuestros estudios, etc., el mejor testimonio para el evangelio, sin palabras, es mostrar que servimos al SEÑOR con alegría. Cuando el mundo ve que disfrutamos obedeciendo La Biblia con alegría, es un poderoso testimonio que glorifica a Cristo y que nos identifica como verdaderos adoradores y siervos del SEÑOR.

¡A Dios la Gloria!

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SEREMOS ABORRECIDOS POR LA CAUSA DE CRISTO

SEREMOS ABORRECIDOS POR LA CAUSA DE CRISTO

Mira mis enemigos, que se han multiplicado, Y con odio violento me aborrecen. Salmo 25:19

No es casualidad que David experimente el aumento de sus enemigos y la violencia contra él, cuando se allega a Dios humildemente, arrepentido pidiendo perdón de sus pecados. De hecho, al leer este verso, se vienen inmediatamente a mi mente las palabras que dijo Jesús a Sus discípulos “Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre” Lucas 21:17. Es muy contradictorio pensar que hombres y mujeres que predicamos a Cristo, que es todo amor y bondad podamos ser aborrecidos por esta sociedad, pero es una realidad ineludible y nos fue dicha directamente por Jesús. Quizás para algunos de nosotros, el peor padecimiento es una burla o discriminación, sin embargo, para otros hermanos, se cumple con precisión el odio violento y aborrecimiento descrito por David, pues sus vidas y las de sus familias están constantemente en riesgo por predicar el evangelio.

Algunos piensan que cuando se acerquen a Cristo los problemas desaparecerán o como algunos ministerios ofrecen se acabarán los sufrimientos. Lamentablemente tenemos una mala noticia, la biblia nos enseña precisamente lo contrario y David lo indica en el salmo 34 “Muchos son los males del justo…”, por tanto, si usted espera allegarse a Cristo pensando que acabarán muchas de sus enfermedades, problemas familiares, laborales o económicos, lamentablemente no podemos garantizarle esto y Jesús se ocupó de dejar muy claro esto a Sus discípulos, Él quería dejarlos preparados para esos momentos duros que vendrían, por eso en Juan 15:18, 19 dice “Si el mundo os aborrece, sabed que á mí me aborreció antes que á vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; mas porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso os aborrece el mundo”. En estos versículos cuando se utiliza la palabra MUNDO, se refiere al griego Kosmos, que tiene su origen en un sistema mundial maligno y caído, compuesto de gente inmoral con mentes corrompidas gobernadas por Satanás, quien odia a Dios, por tanto, odia a los que siguen a Cristo.

Amados, no debemos extrañarnos que todos los presidentes, gobernantes y quienes están encargados de hacer las leyes de nuestros países, nos odien por defender nuestra fe, el objetivo de Satanás es devorarnos, y él gobierna este mundo cauterizando las mentes de todos aquellos que no se han entregado a Cristo, por eso seremos perseguidos, odiados y aborrecidos poco a poco, unos antes y otros después. Los que buscamos vivir de manera piadosa, seremos condenados por querer vivir rectamente y aquellos que practiquen la maldad serán aceptados y exitosos. “¡Ay de los que á lo malo dicen bueno, y á lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; ¡que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!” Isaías 5:20.

Nosotros NO somos ciudadanos de este mundo y vivir para Cristo tiene su costo, y sin duda puede ser difícil, por eso este mensaje debemos pasarlo a nuestras familias. El mundo es un campo de batallas y mientras mas cerca está la venida de nuestro Señor, se acrecentarán más las pruebas para los escogidos, pero, aunque seamos aborrecidos o aun con riesgo de perder la vida Su promesa final es esta “Y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28: 20). Y eso es lo único que importa”

¡Porque Él vive!

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PERDONA MIS PECADOS

PERDONA MIS PECADOS

Mira mi aflicción y mi trabajo: Y perdona todos mis pecados. Salmo 25:18

Nos encontramos con un David humillado y afligido. Su ruego y petición es que Dios pueda mirar sus padecimientos, pero consideremos que el salmista en ningún momento se queja o reclama contra Dios por sus angustias o congojas o por el exceso de trabajo que tenía. Solo una mirada de Dios le dejaría contento.

David tenía un “corazón conforme al corazón de Dios”, por tanto, él comprendía que la verdadera causa de sus sufrimientos y aflicciones eran sus pecados, por eso su petición se extiende al perdón de ellos. Él logra comprender que la raíz de sus penas y tribulaciones comienzan cuando él se aleja del consejo de Dios y Su palabra. Es notable que su alma esté mas acongojada por el peso de su pecado que por el dolor o el sufrimiento que padece, él prefiere el perdón de sus pecados que ser curado de sus enfermedades. Spurgeon dijo “Bienaventurado el hombre para quien el pecado es más insoportable que la enfermedad; no tardará mucho antes que el Señor le haya perdonado la iniquidad y curado la enfermedad. Los hombres son lentos en darse cuenta de la íntima conexión entre el pecado y la aflicción; solamente un corazón enseñado por la gracia se da cuenta de ello”.

Sin duda que es muy difícil, cuando estamos padeciendo una enfermedad o dolencia, no centrarnos en nuestro propio sufrimiento. En medio de una enfermedad, es difícil centrarse en lo que Dios está haciendo en nosotros y lo que nos tiene preparado para luego de la prueba que estamos experimentando. Es más, hemos leído tantas veces Romanos 8:28 “que a los que Dios aman todas las cosas les ayudan a bien” pero nuestra falta de fe y confianza nos hace dudar y caer en la queja y el desánimo. Es importante precisar que esto no significa que la enfermedad o la aflicción sea siempre de Dios o que Dios siempre nos ocasione enfermedades o problemas para enseñarnos lecciones espirituales. En un mundo manchado por el pecado, la enfermedad, las aflicciones y los problemas siempre estarán con nosotros. Somos seres caídos, con cuerpos físicos propensos a la enfermedad y a las dolencias (gotquestion.org).

En muchos de los salmos podemos comprender las profundas experiencias que tuvo David con las enfermedades, el sufrimiento y el pecado (Salmo 32, 43, 53, 88, 54, 142, etc.) más en cada uno de esos momentos él aprendió a postrarse y humillarse a Dios, aceptar Su voluntad y confiar en Él, pues Él es Dios soberano y tiene el control del resultado final de cada una de las cosas que le ocurren a Sus hijos. Por tanto, tal cual como hizo David, más que reclamar sanidad física o que nuestras aflicciones se acaben, procuremos presentar nuestros cuerpos en sacrificio vivo y santo, agradable a Dios… (Romanos 12:1), todo lo demás depositémoslo humildemente en manos del Soberano Dios, que sin duda conoce lo que es mejor para nosotros. Jeremías 29:11 dice “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis”.

¡Porque Él vive!

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HUMILDES Y MANSOS

HUMILDES Y MANSOS

Encaminará á los humildes por el juicio, Y enseñará á los mansos su carrera. Salmo 25:9

El gran predicador Spurgeon dijo “Espíritus mansos tienen un gran favor con el Padre del manso y humilde Jesús, ya que él ve en ellos la imagen de Su Hijo unigénito”. En este verso David hace un llamado a humildad y a la mansedumbre, pues el pecador que se allega a Dios con soberbia y orgullo jamás encontrará buenas dádivas de parte de Dios, el Salmo 51:17 confirma “Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado: Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios”.

El mejor ejemplo de humildad y mansedumbre lo encontramos en Jesús, el dijo “aprended de mí que soy manso y humilde de corazón (Mateo 11:29). El mismo nos reveló Su naturaleza, siendo el creador del cielo y de la tierra tomó forma humana para salvarnos de la cruel condenación. Pablo dice con claridad esto a los Filipenses (2:6 al 8, NVI) “quien, siendo por naturaleza Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse. Por el contrario, se rebajó voluntariamente, tomando la naturaleza de siervo y haciéndose semejante a los seres humanos. Y, al manifestarse como hombre, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, ¡y muerte de cruz!”. ¡Que maravilloso ejemplo de humildad y mansedumbre encontramos en Cristo! ¿Quiénes somos nosotros? ¿Quién eres tú para que el hijo de Dios tuviese que morir en tu lugar? Cristo teniéndolo todo, por el solo afecto de Su amor, no pudo negarse a si mismo, y como cordero fue llevado al matadero y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.

¿Puedes comprender ahora lo que significa realmente la humildad y la mansedumbre? Cuando nos allegamos a Cristo en nuestra penosa condición pecaminosa, llenos de problemas y angustias, no tenemos otra alternativa que postrarnos a Sus pies y pedir perdón y misericordia, pues no tenemos nada bueno que ofrecerle, somos como pobres mendigos, que llevamos en nuestras ropas solo trapos llenos de inmundicia y suciedad. Quien crea tener algún mérito para que Dios le otorgue salvación no ha logrado comprender realmente el evangelio.

Dios ha prometido dar gracia a los humildes, mientras que a los soberbios los resiste (Proverbios 3:34; 1 Pedro 5:5). No hay muchas alternativas, si deseamos acercarnos a Dios, debemos confesar y arrepentirnos de toda nuestra maldad, si mantenemos nuestra soberbia y creemos que algo bueno hay en nosotros y nos exaltamos a nosotros mismos, estamos en contra de Dios y tarde o temprano y por nuestro propio bien, nos humillará. Pues solo “Él dirige en la justicia a los humildes, y les enseña su camino” Salmo 25:9 NVI.

¡Porque Él Vive!

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BUENO Y RECTO ES JEHOVÁ

BUENO Y RECTO ES JEHOVÁ

Bueno y recto es Jehová: Por tanto él enseñará á los pecadores el camino. Salmo 25:8

El salmista asocia en esta primera frase la bondad de Dios con Su rectitud o Justicia. En este sentido en muchas ocasiones confundimos la bondad con la permisividad; esperamos que una persona que muestra bondad sea mansa, tierna y tolerante a cualquiera de nuestros exabruptos y que ojalá, por sobre todo, se mantenga alejada de posiciones que muestren rigidez.

Cuando decimos que Dios es bueno, nos referimos a que Él siempre actúa de acuerdo a lo que es correcto, verdadero y bueno. Su bondad es parte de Su naturaleza, es Su esencia y Él no puede ir contra ella. El hecho que Dios sea bueno significa que no tiene nada malo en Él, Sus intenciones y motivaciones son siempre buenas, Él siempre hace lo que es correcto y el resultado de Su plan siempre es bueno (Génesis 50:20). No hay nada desagradable, malo u oscuro en Él. El salmo 100:5 dice “Porque Jehová es bueno: para siempre es su misericordia, Y su verdad por todas las generaciones”. Por lo anterior, podemos afirmar que Dios no creo el mal, pues el mal, es todo lo contrario a Dios y precisamente por esto aborrece el pecado y Su voluntad es que nos mantengamos puros y alejados de todo pecado para presentarnos ante Su trono de gracia. Santiago 1:13 y 14 dice “Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de Dios: porque Dios no puede ser tentado de los malos, ni él tienta á alguno: Sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído, y cebado”.

Pero Dios no solo es bueno, sino también es RECTO. Su santidad y Justicia son parte de la naturaleza de Dios, Él no puede hacer nada que sea impío o injusto, por tanto, hablar que Dios es recto nos debe llevar a reconocer nuestra completa imposibilidad de agradar a un Dios justo, ningún esfuerzo humano será suficiente, ninguna “buena obra” que ejecutemos podrá calmar la ira de Dios producto de nuestro estado pecaminoso. Nuestra única esperanza es buscar la bondad y la misericordia de Dios para que Él puede transformar nuestra mente y nos conforme a la imagen de Cristo, quien es el único bueno y recto igual que el Padre, capaz de cargar sobre Sus hombros el peso de toda nuestra maldad.

Los hijos de Dios debemos gozarnos y alegrarnos en nuestro buen Dios y debemos ser seguidores de la justicia, buscando parecernos a Cristo, aborreciendo los deseos carnales que diariamente nos perturban. Debemos ser humildes y reconocer que separados de Cristo nada podemos hacer (Juan 15:4), por eso debemos buscar estar en Su presencia, pues solo así nos haremos mas consientes de nuestra penosa condición producto del pecado. Busquemos la justicia de Dios, la que nunca podrá convivir con nuestro orgullo y soberbia, vamos con un corazón humilde donde nuestro buen Dios y digamos como el Salmista “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio; Y renueva un espíritu recto dentro de mí” Salmo 51:10.

¡Porque Él vive!

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JESÚS EL SALVADOR, FRENTE A NUESTRAS AFLICCIONES

JESÚS EL SALVADOR, FRENTE A NUESTRAS AFLICCIONES

” Y oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, mas por gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.” Juan 11:4

En este capítulo nos encontramos con un hermoso milagro que nos lleva a contemplar la Deidad de Cristo. Jesús se encontraba en su año de pasión, estaba muy cerca de enfrentar la cruz, de hecho, faltaban muy pocos días. Recordemos que el último tiempo del Maestro estuvo marcado por el rechazo y aborrecimiento de Su pueblo, sin embargo, nada pudo ocultar la gloria de Cristo al mostrar Su poder sobre la muerte y la aflicción de quienes lloraban la muerte de Lázaro. En su ministerio terrenal, Jesús, demostró que nada ni nadie puede resistirse o ser indiferente ante la orden del Creador del cielo y la tierra. Jesús mostró su poder frente a la naturaleza (Mateo 8:23-27), los demonios (Mateo 8:28-34) y en esta ocasión lo hace sobre la muerte.

Lázaro de Bethania, era hermano de María y Marta, todos ellos amigos y discípulos de Jesús a quienes Él amaba (Juan 11:5), por tanto, cuando llegó el mensaje que Lázaro estaba en la agonía, probablemente todos esperaban que Él se fuera con urgencia a la casa de Sus amigos, pero notemos que Jesús no desesperó, Sus palabras de tranquilidad no fueron bien entendidas, pues se quedó dos días más en el mismo lugar antes de sugerir volver a Judea donde estaba Lázaro y donde antes habían intentado apedrearlo (Juan 11: 5 al 8. Jesús sabía que producto del retraso, su amigo ya había muerto, que la desolación y angustia se habían apoderado del corazón de los cercanos y que quienes le acompañaban probablemente consideraran innecesario volver a Judea a exponerse nuevamente al peligro. De hecho, Tomás expresa perfectamente la frustración y la confusión que les embargaba diciendo “Vamos también nosotros, para que muramos con él” (Juan 11:16). El escenario no era el mejor, Lázaro muerto, el desconsuelo de María y Marta, probablemente el enojo y malestar de quienes esperaban que Jesús actuara con urgencia y los otros discípulos probablemente con miedo a morir apedreados.

Cuando nos enfrentamos a momentos de aflicción por una enfermedad, la falta de trabajo, un accidente o quizás vemos sufrir y padecer angustia a alguno de nuestros familiares, es cuando inmediatamente recurrimos buscando auxilio y socorro para calmar nuestra ansiedad y frustración. Sin duda, rogamos y clamamos a Dios pidiendo urgencia ante nuestra desesperación. Debemos ser francos y reconocer que son esos momentos en los que más nos acordamos de Dios y buscamos corregir aquellas cosas que no han estado bien por años en nuestra vida, pensando que de esta manera moveremos a Dios para que actúe respondiendo con mayor urgencia a nuestra aflicción.

Jesús se compadeció ante la aflicción de sus amigos y discípulos, Lázaro volvió a vivir después de estar cuatro días en el sepulcro y Jesús demostró a los suyos que ni la muerte podrían contra Él. La gloria de Cristo había sido demostrada, muchos creyeron en Jesús en ese momento, en cambio otros conspiraban para matarle. Podemos ver que Jesús no solo es la resurrección y la vida, sino también, Él es Señor tanto en la salud como en la enfermedad y podemos comprender que los sufrimientos no son accidentes en la vida cristiana, sino un medio que el Señor usa regularmente para tratar con nuestra alma, mostrándonos Su gloria en medio del dolor para que seamos conformados a Su imagen.

¡Porque Él vive!

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ENSÉÑAME EL CAMINO DE TU VERDAD

ENSÉÑAME EL CAMINO DE TU VERDAD

“Encamíname en tu verdad, y enséñame; porque tú eres el Dios de mi salud: En ti he esperado todo el día.” Salmo 25:5

Un verdadero cristiano, siempre rogará a Dios por aquellas cosas que agradan a Dios y, sabemos por las Palabras de Cristo, que todo aquello que pidiéramos en Su Nombre Él lo dará. Quien pide a Dios que lo lleve por el camino de Su verdad es seguro que Dios lo hará. Este es el ruego de alguien que está dispuesto a dejar su propio camino, para ahora caminar por el camino de la verdad de Dios, quien ora así, está rogando por caminar por el camino de la santificación.

“Encamíname en tu verdad, y enséñame”, esta petición de un corazón dispuesto es muy similar a la oración sacerdotal expresada por Cristo en Juan 17:17 “Santifícalos en tu verdad: tu palabra es verdad”; aquí tenemos la respuesta a este ruego. ¿Cómo puedes ser encaminado y enseñado en la verdad? Por medio de La Palabra de Dios. La aplicación más importante que encontramos en esto, es que también Cristo nos dice en Juan 14:6 “Yo soy en camino, y la verdad, y la vida: nadie viene al Padre, sino por mí”. Entonces, podemos decir que ser encaminado y enseñado en la verdad, es profundizar en el conocimiento de Cristo. Con toda seguridad, quien ruega a Dios por esto, está rogando por mayor comunión con Cristo, está rogando por caminar tras las pisadas de Cristo, está rogando por ser un fiel siervo del SEÑOR. Profundizar en el conocimiento del SEÑOR es una tarea de toda la vida, Cristo es una fuente inagotable, mientras vivamos aquí, nunca llegaremos a decir: “he completado mi tarea de conocer a Cristo, por fin lo conozco completamente”; la infinitud de la Gloria del SEÑOR será nuestro mayor deleite aquí y en la eternidad. Mientras vivamos sigamos rogando: “encamíname en tu verdad, y enséñame”. Sólo un corazón tierno, dócil y humilde pedirá a Dios que le enseñe. El responde ampliamente esta oración: con Su Palabra, con los predicadores, con aquellos que nos aconsejan de acuerdo a La Biblia, de tantas formas, que sólo un corazón humilde puede percibir cuando Dios le enseña. Ruego a Dios para que tengamos un corazón sensible a la voz del SEÑOR, cada vez que Él nos habla por estos distintos medios, especialmente cuando leemos Su Palabra.

“Porque Tú eres el Dios de mi salud: En Ti he esperado todo el día”, Dios es mi Salvador, esta maravillosa declaración es una convicción arraigada en el corazón del salmista y también debe ser una convicción en nuestras vidas. “Porque Tú eres el Dios de mi salvación, tendré mi esperanza en Ti todo el tiempo”. Esta es una declaración que nos identifica plenamente, hemos sido rescatados del pecado, Dios nos ha salvado de la muerte eterna; pero también nos ha librado de varias circunstancias peligrosas en esta vida. La salvación del SEÑOR es tan amplia que Su cuidado es en todas las áreas de nuestra vida. Nuestra esperanza en Él está fundada en Roca firme, porque nunca seremos confundidos mientras esperemos en Él.

¡A Dios la Gloria!

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MUESTRAME OH JEHOVÁ TUS CAMINOS

MUESTRAME OH JEHOVÁ TUS CAMINOS

“Muéstrame, oh Jehová, tus caminos; Enséñame tus sendas.” Salmo 25:4

Una persona humilde estará constantemente frente a Dios repitiendo esta misma petición. En cambio, los orgullosos y soberbios creen que pueden forjar su propio camino y que no necesitan de la guía del SEÑOR en sus vidas. La Biblia para ellos no tiene sentido y es como cualquier libro. La persona que demuestra autojustificación o que vive su vida dándole más importancia a la vanidad de las cosas y que confía en lo que tiene, puede definirse como una persona orgullosa, todas estas manifestaciones son un obstáculo para buscar a Dios. Los orgullosos están llenos de sí mismos y sus pensamientos están lejos de Dios. “El malo, por la altivez de su rostro, no busca a Dios: No hay Dios en todos sus pensamientos” (Salmo 10:4).

Un verdadero creyente, estará constantemente examinando su vida, porque el pecado del orgullo puede atraparlo. Cada vez que nos damos crédito a nosotros mismos, por las cosas que Dios ha hecho, estamos pecando. Un verdadero cristiano, jamás querrá gloriarse a sí mismo, porque sabe que toda la gloria es para Dios, porque todo le pertenece al SEÑOR. “Lo que decimos de nosotros mismos, no significa nada en la obra de Dios. Es lo que Dios dice acerca de nosotros, lo que hace la diferencia” (gotquestions.org).

“Muéstrame, oh Jehová, tus caminos” esta es una petición de alguien que conoce y confía en Dios. Quien ore así, jamás será llevado por el camino del pecado, nunca tropezará para caer. El camino del SEÑOR es un camino angosto, pero que lleva a la vida eterna. Quien desea fervorosamente hacer la Voluntad de Dios, estará repitiendo estas palabras y Dios lo guiará por Su camino. Muéstrame, oh Jehová, tus caminos, es una súplica de alguien que quiere que Dios le haga conocer Sus caminos y que Dios lo instruya. Es obvio, que una oración como esta será respondida favorablemente por Dios. Orar así, es orar en la Voluntad del SEÑOR. “Y esta es la confianza que tenemos en Él, que si demandáremos alguna cosa conforme a su voluntad, Él nos oye. Y si sabemos que Él nos oye en cualquiera cosa que demandáremos, sabemos que tenemos las peticiones que le hubiéramos demandado” (1 Juan 5:14-15).

“Enséñame tus sendas” cuando pedimos a Dios que nos enseñe, le estamos reconociendo como Maestro. En la Biblia encontramos todas las enseñanzas del SEÑOR y, sin duda, allí encontraremos cuál es la senda por la que debemos transitar. Nuestro Señor Jesucristo, nos ha trazado la senda con Su propia vida y Él nos invita a seguirle. “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz y sígame (Mateo 16:24). La vida de Cristo es la mejor forma de aprender acerca de los caminos de Dios y sólo en La Biblia podemos encontrar esta preciosa enseñanza.

¡A Dios la Gloria!

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LOS QUE ESPERAN EN DIOS NO SERÁN AVERGONZADOS

LOS QUE ESPERAN EN DIOS NO SERÁN AVERGONZADOS

“Ciertamente ninguno de cuantos en ti esperan será confundido: Serán avergonzados los que se rebelan sin causa.” Salmo 25:3

Nos encontramos en el tercer verso de este Salmo y como este es un Salmo acróstico, lo cual quiere decir que la primera palabra de este verso comienza con la tercera letra del alfabeto hebreo. Este verso inicia con una afirmación de confianza, “Ciertamente”; sin duda alguna, la certeza de esta afirmación, una vez más, es para que todo hijo de Dios se aferre completamente en el SEÑOR. Todos aquellos que ponen su confianza en Dios, jamás serán decepcionados.

“Ciertamente ninguno de cuantos en ti esperan será confundido”, la declaración de confianza de esta frase está dada a todos aquellos que “esperan en Jehová”, para todos aquellos que confían en Él. Es importante notar que el sentido de esta palabra “espera”, no es estar pasivamente sin hacer nada; encierra la idea de un servicio activo. Esperar en Dios, en este caso, no significa estar inactivo en el servicio, siendo un espectador, viendo como otros sirven mientras nosotros sólo observamos sin ayudar. Casi siempre “esperar en el SEÑOR” trae implícito un servicio activo una confianza que no nos deja pasivos, la confianza en Él es activa. El capítulo 11 de Hebreos narra la forma activa de aquellos que pusieron su fe en el SEÑOR. Abel ofreció mejor sacrificio que su hermano Caín; Noé construyó el arca, 120 años de arduo trabajo; Abraham dejó su tierra y parentela; los padres de Moisés colocaron a su bebé en una arquilla y lo dejaron en el río de Egipto; etc, todos ellos dieron testimonio de su confianza en el SEÑOR y ninguno de ellos fue decepcionado. Los que esperan en Él no serán confundidos; “la idea de esta palabra principal de esta palabra “confundido” es la de dejar abajo o decepcionado o de haber confiado en algo que al final no es digno de nuestra confianza” (Boice, citado en es.enduringword.com).

“Serán avergonzados los que se rebelan sin causa” este es el contraste. Aquellos que se rebelan contra Dios, aquellos que sin causa alguna lo niegan, a los apóstatas y falsos profetas, a todo aquellos que son enemigos de Dios, ellos serán avergonzados. Este es un solemne llamado de atención para aquellos que participan de la “religión evangélica”, creyendo que son cristianos, pero que no quieren abandonar su antigua manera de vivir. Para aquellos que se dicen ser creyentes, pero que sus vidas no reflejan fidelidad al SEÑOR, deben llenarse de temor y temblor, porque su rebeldía no pasará inadvertida. Nuestro Justo Dios dará Su justa paga a aquellos que “traicionan” el evangelio de Cristo.

Para los verdaderos creyentes este verso es una afirmación de confianza que nos llena de gozo y paz. Para los rebeldes y falsos creyentes es un solemne llamado de atención para que abandonen su mal camino, se arrepientan de su pecado, pidan perdón al SEÑOR y Él los perdonará. Rogamos a Dios para que te acerques con un corazón contrito y humillado.

¡A Dios la Gloria!

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