Entre otras verdades igualmente bíblicas, creemos y sostenemos las siguientes:
- La inspiración divina, plenaria y verbal de las Escrituras en sus idiomas originales y su consecuente inerrabilidad e infalibilidad y, además por ser la Palabra de Dios, su autoridad suprema para la fe y la conducta.
- El Dios trino: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
- La deidad esencial, absoluta y eterna y la humanidad real y propia, pero sin pecado de nuestro Señor Jesucristo.
- Su nacimiento de María, virgen.
- Su muerte substitucional y expiatoria, por la cual dio su vida «en rescate por muchos».
- Su resurrección con el mismo cuerpo con que fue crucificado y la segunda venida de este mismo Jesús, con poder y gran gloria.
- La depravación total del hombre, debido a la caída.
- La salvación como efecto de la regeneración por obra del Espíritu Santo y la Palabra, no por obras, sino por gracia, mediante la fe.
- La bienaventuranza eterna de los salvados y el sufrimiento eterno de los perdidos.
- La unidad espiritual verdadera en Cristo de todos los redimidos por su preciosa sangre.
- La necesidad de mantener, de acuerdo con la Palabra de Dios, la pureza de la iglesia en doctrina y conducta.
- Además, creemos que el Credo de los Apóstoles es también una declaración de la verdad bíblica.
- El Credo Apostólico como afirmación de la verdad bíblica
